El 14 de junio de cada año se celebra el Día Mundial del Donante de Sangre para agradecer a los donantes voluntarios no remunerados y concienciar de la necesidad de hacer donaciones regulares para garantizar la calidad, seguridad y disponibilidad de sangre y sus
productos. Las transfusiones de sangre y sus productos ayudan a salvar millones de vidas al año. Contribuyen a que pacientes con enfermedades potencialmente mortales vivan más tiempo con mejor calidad de vida, y posibilitan la realización de intervenciones médicas y quirúrgicas complejas. Asimismo, tienen una función vital en la atención materno infantil, el embarazo y las respuestas de emergencia a los desastres naturales o causados por el hombre.
¿Por qué donar sangre?
Se calcula que 9 de cada 10 personas necesitará en algún momento de su vida una transfusión de sangre, para sí misma o para algún familiar. Ésta sangre sólo se puede obtener a través de la donación de otras personas. No se puede fabricar ni comprar.
Además, la sangre es necesaria para trasplantes, cirugías, tratamientos oncológicos y sangrados por diferentes causas Es fundamental contar con una cantidad mínima para que esté siempre disponible y no limitar ninguna situación en la que sea necesaria.
Requisitos para la donación:
Previo a la donación, la persona deberá tener en cuenta lo siguiente:
– Tener entre 16 y 65 años.
– Concurrir con DNI.
– Pesar más de 50 kg.
– Dos meses desde la última donación.
– Cuatro meses desde el último tatuaje/piercing.
– Dormir más de seis horas.
– Desayunar/almorzar con normalidad.
– Mujeres: no estar embarazada, ni dentro de las 8 semanas posteriores.